
La lapicera de Javier Milei no firma derechos, firma vetos. Esta vez, el blanco fueron los jubilados y las personas con discapacidad. El presidente sell贸 con entusiasmo dos vetos consecutivos que retratan de cuerpo entero la l贸gica de su gobierno: ajustar siempre hacia abajo, aunque eso implique empujar a la indigencia a quienes ya est谩n de rodillas.
El primero de los decretos dej贸 sin efecto el aumento del 8,1% para los haberes jubilatorios aprobado por el Congreso, bajo el argumento de que era 鈥渇iscalmente irresponsable鈥. Milei, que nunca trabaj贸 en una f谩brica ni esper贸 tres horas en una salita para conseguir un turno m茅dico, considera que darle una mejora a quienes trabajaron toda su vida es un acto de populismo criminal. El Excel no llora, pero los jubilados s铆.
El segundo veto bloque贸 partidas espec铆ficas destinadas a programas de discapacidad, universidades, transporte y otras 谩reas 鈥渘o prioritarias鈥, seg煤n el gobierno. En la visi贸n mile铆sta, un presupuesto con perspectiva social es una afrenta a la eficiencia econ贸mica. Austeridad sin anestesia, aunque cueste vidas.
Cada vez que Milei repite que 鈥渘o hay plata鈥, el ajuste cae siempre en los mismos: jubilados, personas con discapacidad, estudiantes, trabajadores. Para ellos no hay recursos, ni excepciones. Pero s铆 hay presupuesto para giras al exterior, actos partidarios y una maquinaria de redes sociales que vende 茅pica mientras recorta derechos. El recorte no es parejo, es selectivo. Y estos vetos lo confirman: no hay intenci贸n de ayudar a los que peor est谩n. En esta Argentina, si sos viejo, qued谩s a la deriva; si ten茅s una discapacidad, te consideran un gasto; y si esper谩s algo del Estado, te acusan de ser parte del problema. No es desidia. Es una decisi贸n.
La pregunta ya no es cu谩nto puede resistir la sociedad, sino cu谩n indiferente puede volverse un gobierno ante el sufrimiento que provoca. Milei no vet贸 solo una ley: vet贸 la empat铆a, la equidad y el sentido com煤n.
Si te quedaba alguna duda, la verdadera casta es el pueblo…