Milei redobla la apuesta: “Una victoria en Buenos Aires sería el golpe final para el kirchnerismoâ€

Durante un acto político realizado en Puerto Madero, el presidente Javier Milei lanzó un nuevo ataque retórico contra el kirchnerismo, en una jornada que combinó fervor ideológico con afirmaciones que no pasaron desapercibidas ni entre propios ni ajenos. En el marco de un evento organizado por la Fundación Faro, el mandatario sostuvo que una eventual victoria de su espacio político, La Libertad Avanza, en la provincia de Buenos Aires el próximo 7 de septiembre representaría “el último clavo en el ataúd del kirchnerismoâ€.

Milei, visiblemente cómodo entre los referentes del oficialismo que acompañaban el acto —como el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente de la fundación, Agustín Laje— no dudó en atribuir al peronismo la responsabilidad por el deterioro económico y social del país. En su intervención, afirmó que quienes lo critican actúan como si él hubiera recibido un país próspero, cuando —según sus palabras— “lo que dejaron fue un desierto arrasado por años de mala praxis y clientelismoâ€.

Sin esquivar la polémica, el presidente también ironizó sobre la situación de los sectores más vulnerables. “Dicen que la gente no llega a fin de mes, pero si fuera cierto, las calles estarían llenas de cadáveresâ€, expresó, generando sorpresa incluso entre quienes suelen celebrar su estilo confrontativo.

En diálogo con DiarioDigital.ar, un legislador de la oposición que pidió reserva sostuvo que «estas declaraciones no son simples exabruptos, sino parte de una estrategia de polarización que busca evitar discusiones serias sobre el impacto real del ajuste».

Milei no se limitó a cargar contra sus adversarios políticos, sino que también puso en duda la legitimidad del sistema electoral bonaerense, señalando que “el uso de boletas múltiples en papel habilita el fraudeâ€. La afirmación, que no fue acompañada por pruebas concretas, vuelve a encender alarmas sobre posibles intentos de deslegitimar resultados desfavorables en las urnas.

El mandatario también utilizó conceptos ya habituales en su discurso, como la “batalla cultural†y la “secta kukaâ€, para referirse al peronismo, a quien acusa de haber impregnado al país de ideas que —según él— conducen inevitablemente a la miseria. “No hablo de personas —aclaró—, hablo de parásitos mentales. Ideas que una vez alojadas en la mente, convierten a la gente en zombis ideológicosâ€.

El acto también sirvió como plataforma para reforzar el entramado de voceros libertarios. Fueron presentados oficialmente como figuras de la Fundación Faro el economista Adrián Ravier, el cineasta Diego Recalde, Miguel Boggiano y Ramiro Castiñeira. Acompañaron además el escritor chileno Axel Kaiser y otras figuras del pensamiento liberal.

Con esta puesta en escena, el oficialismo busca blindar su narrativa en medio de una creciente tensión política y social. La ofensiva discursiva del presidente apunta a consolidar a su base, pero también deja al descubierto una peligrosa indiferencia frente a los efectos concretos que las políticas de ajuste tienen sobre vastos sectores de la sociedad. Y es en ese punto donde la pregunta comienza a crecer en volumen: ¿cuánto más puede tensarse el lazo entre la palabra y la realidad antes de que se quiebre?