El macrismo se diluye en su propio basti贸n y cede su identidad a cambio de seguir en carrera.
Despu茅s de semanas de negociaciones tensas, silenciosas y plagadas de internas, La Libertad Avanza (LLA) y el PRO cerraron finalmente un acuerdo para competir juntos en la Ciudad de Buenos Aires. El pacto fue sellado entre Karina Milei, figura clave del oficialismo, y Mauricio Macri, cada vez m谩s concentrado en conservar lo poco que queda de su partido. El resultado: una boleta libertaria, sin rastros del hist贸rico amarillo PRO y con un reparto desigual de los lugares en juego.
Karina Milei, en coordinaci贸n con Santiago Caputo, dise帽贸 una estrategia quir煤rgica: quedarse con el control simb贸lico y log铆stico de la boleta, mientras ced铆a al PRO apenas algunos lugares en la lista legislativa. El macrismo, arrinconado por sus propias fracturas internas y por la presi贸n del avance mile铆sta, acept贸 las condiciones con resignaci贸n. Ya no se trata de liderar, sino de no desaparecer.
El acuerdo establece que la lista en la Ciudad ir谩 bajo el sello de La Libertad Avanza, sin los colores ni la marca del PRO. El reparto incluye algunos lugares para dirigentes cercanos a Macri, pero sin protagonismo. El gesto es claro: la fuerza dominante es Milei, y el PRO se limita a acompa帽ar.
Para el oficialismo, la jugada es estrat茅gica: evita la competencia en su distrito m谩s fuerte y coopta una estructura que a煤n conserva base territorial y presencia institucional. Para el PRO, en cambio, representa una rendici贸n simb贸lica, aunque necesaria, para evitar la irrelevancia.
Con este pacto, el basti贸n hist贸rico del macrismo pasa a ser territorio libertario, y el partido que alguna vez gobern贸 el pa铆s queda subsumido en la estructura de quien hoy concentra el poder pol铆tico, medi谩tico y electoral. El pragmatismo, una vez m谩s, se impuso a la coherencia partidaria.