
Mientras el presidente Javier Milei profundiza su ofensiva contra las provincias —recortando fondos, paralizando obras públicas y desfinanciando derechos— cinco gobernadores decidieron plantarse y lanzar un nuevo frente electoral de carácter federal, plural y profundamente democrático. Esta construcción polÃtica, nacida desde el corazón del interior productivo y popular de la Argentina, representa una respuesta contundente al atropello libertario que busca recentralizar el poder en la Ciudad de Buenos Aires y destruir el federalismo consagrado en nuestra Constitución.
Con una lectura madura de la realidad y lejos de los personalismos de laboratorio, Ignacio “Nacho†Torres (Chubut), MartÃn Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz) se reunieron en la Casa de Chubut para sellar una alianza que no responde a los dictados de los partidos nacionales ni a los despachos de la Casa Rosada. Se trata de un gesto polÃtico que nace desde abajo, desde las provincias que hoy están siendo estranguladas por un gobierno nacional que gobierna con odio al pueblo y desprecio al interior.
Este frente —que podrÃa sumar en los próximos dÃas a otros mandatarios como Gustavo Valdés, Claudio Poggi, Marcelo Orrego, Hugo Passalacqua, Alberto Weretilneck y Rolando Figueroa— busca construir una alternativa real que enfrente el desguace del Estado que lleva adelante el presidente Milei con complicidad de sectores económicos concentrados.
Lejos de responder con tibieza a la ofensiva del Poder Ejecutivo, los gobernadores manifestaron con claridad que “hay un grito federal que necesita vocerÃas en el Congresoâ€. Porque mientras Milei repite desde los micrófonos porteños su dogma del «no hay plata», los pueblos del norte, del sur y del corazón del paÃs sufren el deterioro de rutas, la parálisis de hospitales y escuelas en obra, y el retiro del Estado de las funciones más básicas.
Desde esta mirada, el flamante bloque anunció que presentará candidaturas propias en las elecciones legislativas de octubre, sin pedir permiso a las estructuras nacionales que, muchas veces, han dejado de representar a los pueblos del interior. Además, anticiparon que trabajarán en unidad en el Congreso a través de un interbloque parlamentario que comenzará a funcionar incluso antes de los comicios. El objetivo es claro: resistir el ajuste, defender los recursos provinciales y proponer un nuevo esquema de desarrollo con justicia social y equilibrio fiscal, pero nunca a costa del hambre del pueblo.
Resulta emblemático que Juan Schiaretti, exgobernador de Córdoba, también haya sido parte de esta construcción. Un dirigente que, más allá de las diferencias, ha entendido que en este momento histórico el adversario principal es el proyecto de demolición nacional que representa La Libertad Avanza. Con decisión, Schiaretti confirmó que será candidato a diputado nacional para aportar a este frente federal, y asà contrarrestar el avance de la «ola violeta» en su provincia.
En contraste, desde Balcarce 50 siguen operando en las sombras: en vez de convocar a los gobernadores a una mesa federal, Milei opta por dividir, convocando por separado a mandatarios que, como Alfredo Cornejo o Rogelio Frigerio, ya han mostrado su voluntad de sumarse al proyecto de entrega del paÃs.
Pero los pueblos no son tontos. El federalismo no es una palabra vacÃa. La Argentina real, la del trabajo, la producción y los sueños colectivos, no está dispuesta a resignarse ante la motosierra ni ante el desprecio. Lo que se vio en la Casa de Chubut fue mucho más que una foto: fue el inicio de una rebelión democrática del interior profundo contra el centralismo autoritario de Milei.
Los gobernadores, con distintos matices y trayectorias, entienden que el futuro se construye con unidad, con propuestas concretas y con la firme decisión de defender lo que tanto costó conquistar: una patria federal, justa y solidaria.
Como decÃa el General: «Primero la Patria, después el Movimiento, y luego los hombres.» Esa es la consigna que hoy vuelve a cobrar vida en las provincias que no se resignan.