Javier Milei volvi贸 a empu帽ar la lapicera, pero no para firmar mejoras ni alivios, sino para vetar lo que el Congreso hab铆a aprobado a contramano de su ajuste. Con gesto de sheriff del gasto, el presidente bajo la Ley de Financiamiento Universitario y la Ley de Emergencia Pedi谩trica. Resultado: universidades y hospitales quedan en la cuerda floja, y el Gobierno se anota otro round en la pelea contra todo lo que huela a 鈥渃osto fiscal鈥. La norma universitaria buscaba actualizar por inflaci贸n los gastos de funcionamiento, sostener hospitales universitarios, reforzar becas y convocar paritarias docentes. Milei la despach贸 de un plumazo: 鈥渘o hay plata鈥. Con la misma frialdad, barri贸 la emergencia pedi谩trica del Garrahan, como si la salud infantil pudiera esperar a la pr贸xima licitaci贸n de motosierra.
El Gobierno habla de 鈥渞esponsabilidad fiscal鈥, pero en la calle crecen las protestas. Docentes, m茅dicos y estudiantes reclaman que la educaci贸n y la salud no sean tratadas como un gasto m谩s. Tras la derrota en Buenos Aires, Milei mantiene su pol铆tica de vetos. En respuesta, las universidades p煤blicas convocaran a una Marcha Federal en defensa del financiamiento educativo y contra el ajuste en el sistema de salud.
Milei dobla la apuesta: ajuste puro y duro, aunque implique dinamitar consensos b谩sicos. El problema es que las universidades no funcionan con motosierra y que los hospitales no se financian con dogmas libertarios. El presidente eligi贸 el camino de la 鈥渧etocracia鈥: cuando el Congreso aprueba, 茅l tacha. Cuando la sociedad reclama, 茅l aprieta la calculadora. Milei parece convencido de que gobernar es administrar tijeras. Lo que a煤n no est谩 claro es cu谩nto aguanta un pa铆s cuando la educaci贸n y la salud pasan a ser simples renglones eliminados en el presupuesto.